domingo, 19 de junio de 2011

Sonríe como si te provocara

A Andy le encantan las chicas como Jenny: de look vanguardista, carismatica, extremadamente linda y sorprendentemente lista todo eso sazonado con los lentes de pasta que le dan el toque intelectual y aquella sonrisa omnipotente que lo traía loco.

Pero hay dos grandes problemas con todo esto. Por un lado está el novio de ella, un tipo de los más esnobista al que sólo le importa mantenerse guapo y exhibir a su novia - a la que, de seguro, le es infiel con cualquier chica que no le llega ni a los talones- pero que no es tan estúpido como para dejar de consentir a su novia para que no quedará ninguna duda de el sentía lo que decía sentir.

El otro gran problema -y el más inquieta a Andy- es que así como sabe que él delira por chicas como Jenny sabía que lo inverso muy pocas veces ocurría. Sabía que las chicas como Jenny - incluyendo a la misma Jenny- buscaban un chico esbelto, guapo, metrosexual, en resumidas cuentas todo lo que él no era y el mequetrefe que Jenny tenía por novio sí.
Solía mirarse al espejo y decirse, al igual que los hacedores de estrellas, que no todo estaba tan malo pero aquello de la metrosexualidad convertida en requisito indispensable seguía a millones de años luz, así que decidió saltarse la parte física y apuntar directo y sin escala a los sentimientos de Jenny que, de seguro por tener el novio que tenía, necesitaban algún cuidado especial y fue con sus dotes de necio irreversible, romántico imposible y genio delirante que logró irse metiendo poco a poco en su vida.

Andy siente que el creador de sueños lo va a volver loco ya que tiene pesadillas recurrentes en donde el novio le quita el vestido a Jenny y él no puede hacer nada más que ver lo que sucede del otro lado de la ventana pero cuando despierta se dice a sí mismo que aunque las razones le sean desconocidas debe seguir intentadolo ya que es el señor optimista.
Para Jenny este es el sueño de su vida pero un poco vacío porque como todos saben lo único que necesita una chica que lo tiene todo es que la saquen de su burbuja perfecta con altas dosis de descaro pero sobre todo dándole lo que no podría conseguir en ningún otro lado, una especie de escape al mundo que jamás imaginó.

Sabe que Jesús no es su chico ideal, que sólo es el chico con que aparenta ser perfecta pero no aguantaría toda una vida con un chico de plástico. Sabe que Andy, aunque no se parece en nada a Jesús, tampoco es lo que esperaba.

Pero en el fondo sabe que de todos los chicos que conocerá algún día, él es el que más se parece.

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