jueves, 9 de junio de 2011

Heidegger, Sartre y Singer. Voluntad libre y determinismo

La voluntad libre y el determinismo son tesis que se contraponen, es decir, al afirmar una estaremos negando la otra y viceversa.

Martin Heidegger apoya la primera tesis. Para el filósofo alemán el hombre “se comprende a sí mismo partiendo de su existencia, de ser o no ser él mismo”, esto quiere decir que es el hombre como ser-ahí quien se da a sí mismo su ser, es decir, se autodetermina.

Esta es la tesis de la voluntad libre, la que indica que solo el hombre es capaz de darse su ser, que según decide el hombre ser entonces de esa manera será. Martin Heidegger cuando dice “la existencia se decide exclusivamente por obra del ser-ahí mismo del caso en el modo de hacer o el omitir” se refiere a esto.

Esta tesis también es defendida –quizá de una manera mas radical- por Jean-Paul Sartre, quien en su ensayo “El existencialismo es un humanismo”, afirma que la existencia precede a la esencia, que es el hombre quien decide que hombre es al tal punto de decir que un hombre al definirse a sí mismo está definiendo a toda la humanidad.

Para Sartre el hombre “empieza por existir, se encuentra, surge en el mundo y después se define”, es decir, el hombre desde su voluntad libre es responsable de todas sus acciones que decidió hacer y con esto se define a sí mismo, se autodetermina.
Wolf Singer, neurólogo alemán, desmiente esto y asegura totalmente lo contrario. El hombre no es responsable de sus actos ya que no existe tal cosa como la voluntad libre sino que todas nuestras acciones son producto de un “determinismo neuronal”.

Singer busca que los conceptos de responsabilidad moral y castigo sean –al menos- replanteados ya que el ser humano al estar determinado por agentes externos – en ese caso, el amplio sistema neuronal- no es culpable sus acciones. Él establece que si una persona practica algún deporte- decisión que según tomó la persona por medio e su voluntad libre- no es porque le guste dicha actividad sino que lo practica porque está genéticamente era más propenso a ello.

Para el neurólogo, nadie puede obrar distinto a lo que es porque de poder hacerlo entonces lo haría.

Claramente, queda expuesta la contraposición de ambas tesis ya que para una (la tesis de la voluntad libre) es necesario que el ser se dé así mismo su ser para la otra (la del determinismo) esto no es posible ya que nuestras decisiones están sujetos a los “designios” de nuestro sistema neuronal, demostrando así la incompatibilidad entre ambas tesis.

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