domingo, 19 de junio de 2011

Densidad

Nunca me había fijado que el asunto se trataba de una cuestión de olor.
De aroma y color, de fragancia y contraste. Hoy la he descubierto, hallé lo que tanto buscaba y me encontré con su denso olor.
Y un aroma no termina por ser más que una ráfaga que viene sin avisar. Una ráfaga de viento con sustancias químicas que nunca sabremos muy bien que son pero podemos aceptar que nos gusta.
El olfato es el sentido mas subestimado de todos y quizá sea por ese carácter efímero de los olores que nunca permanecen pero que pueden ser recordados. Esa aspiración obsesiva del Jean-Baptiste Grenouille de Suskind que buscaba capturar los olores de las chicas que le gustaban y a raíz de ellas crear la fragancia perfecta. Ficción pura mas no pura ficción.
Y hoy me he dado cuenta de eso, que la fragancia evoca cosas que los demás sentidos no pueden percibir.
No la vi pero la sentí, no la escuché pero sabía que estaba allí a mi lado sin pronunciar palabra alguna.
Un pie con una zapatilla rosada, un cabello rizado, un jean (mas no el relleno), se encuentran en todos lados, no así un olor. un aroma característico es singular, incluso si alguna vez hallas un aroma parecido no serán dos aromas iguales sino el mismo aroma dos veces ya que el segundo te hará pensar en el primero, no sé si me entiendes, debería utilizar ejemplos que ilustren mejor lo que que quiero decir pero ahora mismo es un concepto que hasta a mí se me hace difícil digerir fácilmente.
Y todo eso porque hoy se sentó a mi lado. #NoMeQuieroNiImaginar.

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