martes, 13 de mayo de 2014

No-Novio

Casi casi le tengo declarada la guerra a la palabra novio y a su par femenino; una guerra casi tan feroz como la que le tengo a la palabra marido.
Porque es que he escuchado tanto de novios que no terminan de comportarse como tal, de novios que comienzan siendo comparsa y terminan siendo tarados, de novias que se hacen las tontas y luego ven las consecuencias, que por no molestarme con las personas he decidido dirigir todo el rencor hacia el estatus hacia la bendita palabrita.
Recuerdo que cuando pequeños nuestras madres no nos dejaban tener novi@s. Sabias palabras que demuestran que nuestros padres -hasta cierta edad- saben lo que dicen, lo peor es que aun así los teníamos.
Quizás y todavía haya gente que se tome en serio aquello de ser novios, que cuando dicen aquella frase destrozailusiones: "ah si el\ella es mi novi@" lo hagan con otra intención que no nos dé la impresión de que quieren decir: "ah si con el\ella es que me doy los besos". Así con articulo y todo: "los besos" CDSM.!
Y me veo en la imperiosa necesidad de explicar lo que quiero decir con aquello de ser novios en serio: lo que pasa es que ser novios debe significar mas que intercambiar fluidos y "pasarla bien", que los besos que le des a la otra persona no sea solo porque este buena y le tengas ganitas sino porque antes de entrelazar los labios le digas: "Coño que arrecha eres" en el buen sentido de la frase.
Porque antes de gustarte tienes que encantarte, porque antes de mirarla tienes admirara porque debes dar lo que quieres recibir y dejar el egoísmo a un lado y reconocer que sin esa persona una buena parte de ti no está. Eso es ser un novio, no este prurito faramallero que se utiliza hoy para llevarte a la cama. That's All.





viernes, 21 de diciembre de 2012

Novio-televisor


Uno debe buscar aferrarse a lo que permanece y no darle una importancia que no tiene a los accidentes, considerando como accidente todo aquello que no modifique la esencia de la cosa. Ejemplo: cuando ves una silla rosada, lo que permanece es la silla y el color (rosado) es el accidente. Y sin embargo, no soy  tan malintenso como para pensar que todo el tiempo hay que estar enrollándose por todo. Hay que vivir y dejar morir.

En fin, antes que nada Phronesis, moderación. Ni tan alto que queme al santo y ni tan bajo que no lo alumbre. La medida justa de las cosas.

Uno ve la televisión cuando se quiere desconectar de la realidad. Quiere pasar un rato “chicle bomba”, de lo más superficial posible pero que sirva para saciar esa sed de placeres efímeros (accidentes).  Hacen falta personas así en la vida de cada quien, personas de viernes a las 5:00 pm cuando sales del trabajo y tomarte algo (cebada, preferiblemente) y darle uso a la caja de la nada. Hacen faltas personas así ciertamente, pero un ¿novio-televisor?. Eso es terrible.

Llevo rato peleando con el concepto que tiene la gente de la bendita palabrita y como se me hace imposible tenerle rabia a toda esa gente decidí enfilar todo mi enojo contra la bendita palabrita. Pero eso ya lo dije y anda por ahí en uno escrito que se llama “No-novio”.

Para ser un novio se necesita algo más, algo que no tengan tus demás amigos, un extra, un aporte más. Para ser novio se necesita un valor agregado, eso me lo han dejado claro todas las chicas que alguna vez me han rechazado. Y es más que evidente si te pones a ver.

Esto tener a un televisor por novio es algo que no tiene gracia ya que como esos hay muchos en todos lados. Que cuando estás bien te sacan las que parecen ser las mejores sonrisas del mundo pero que cuando estás mal te las tiene que empañar sola porque no se sabe comportar con la tristeza. Cuando estás triste y tiene a un televisor por novio te siente como cuando le respondes “Mal” a una persona que te pregunta como estás, la otra persona no se esperaba esa respuesta, está diseñada para recibir respuestas positivas y termina por desencajarse lo que lo hace desentenderse, esperar a que te recuperes tu sola y luego aparecer cuando estés happy de nuevo.

Un “Bonus Stage” es ese amigo perdedor que seguramente tiene toda chica que tiene un “novio-televisor”. El amigo “Bonus Stage” cumple la función de hacer lo que debería hacer un novio pero sin los besos y sin la metedera de mano. El amigo “Bonus Stage” te escucha, te aconseja, te sube el ánimo cuando el novio-televisor te engaña con una putabruta de esas que siempre lo persiguen.

Todos los novios-televisores son muy buenos seductores, “ladykillers” le dicen los más hipsters. Ven a sus novias como futuras esposas abnegadas que se quedarán en casa mientras que ellos están afuera haciendo lo mejor que saben hacer… coleccionar presas fáciles.

La magia de las etiquetas es que tanto novios-televisores, amigos bonus stages y chicas de arlequín terminan por ser unos papanatas y unas mequetrefes. La magia de las etiquetas es que tanto novios-televisores, amigos bonus stages y chicas de arlequín terminamos por ser todos.

A la ula, a la ula. Esa es la historia.

 

 

jueves, 15 de noviembre de 2012

Teatro


Los últimos meses de Edixon se habían convertido en un completo desastre. El hecho de que estaba extorsionado por Yanitza, la que fue su amante por 2 años, lo traía muy mal. A raíz de eso, le estaba yendo muy mal en el trabajo, descuidaba las cosas básicas de los niños, en los eventos sociales lucía con mala cara y lo peor de todo, Josefina ya estaba comenzando a sospechar.

Yanitza le solicitaba una cifra impagable para evitar que fuera a donde Josefina y le contara sobre la relación que mantenían a sus espaldas. Esta situación lo estaba llevando al borde de la cordura. Nunca imaginó que aquella mujer con que la pasaba tan bien le iba a salir con semejante desfachatez. ¿Acaso Josefina sería capaz de perdonarlo? ¿Qué pasaría con los niños?

Alguna vez le pasó por la mente llenarse de deudas para pagarle a Yanitza la cantidad solicitada, sin embargo, optó por la decisión más razonable: contarle todo desde su propia boca a su esposa apelando a la misericordia de ésta para conseguir su perdón.

Había llegado el día. Esperó a que los niños se fueran a la cama y sentó a su mujer en el comedor. Tenía algo muy importante que contarle. Edixon le contó todo a su esposa, no omitió ningún detalle de la relación que había mantenido con su amante hasta ese instante. A lo largo del relato su esposa se mantuvo ecuánime, no hizo ningún gesto de molestia solo por una mirada pensativa cuando acabó el relato.

-¿Y tú quieres continuar?
- Claro, mi amor, te juro que lo de Yanitza fue solo un desliz que no se volverá a repetir.

No sin sacrificio Josefina decidió perdonarlo y seguir con la relación. Esto significó un gran alivio para Edixon.

-          De inmediato voy a infórmaselo a la bandida esa que intentó acabar con nuestro matrinomio.

Pero para sorpresa de Edixon, Yanitza estaba más loca de lo que pensaba, ya que al verse acorralada y darse cuenta que no iba a lograr sacarle dinero de esa forma comenzó a amenazarlo con hacerle daño a su esposa e hijos. Edixon salió corriendo despavorido del lugar.

A llegar a su casa, le contó esto a su mujer. Josefina decidió que la mejor forma de librarse de aquella mujer era simular la muerte ficticia de toda la familia.
- Ponemos, la casa en venta. Justo el día después de cerrar la negociación fingimos un accidente automovilístico con el cual nos quedaremos sin auto, pero al menos nuestros familiares podrán cobrar el seguro.

Edixon, no muy convencido de la efectividad de la idea, aceptó dada su circunstancia de marido perdonado.

Todo salió de maravilla, incluso habían logrado que la noticia apareciese con sus nombres completos en el diario local. Obviamente Yanitza tuvo que haberse enterado.

Al segundo día de su nueva vida en una nueva ciudad escuchó un sonido proveniente del móvil de Josefina justo en el momento que ésta se estaba bañando. Reconoció el número de inmediato y se quedó atónito con lo que alcanzaban a leer sus ojos.

-Bueno, quizá la cosa no salió como lo habíamos planeado, pero al menos pudimos hacer negocio con la venta de la casa y el cobro del seguro. Ya habrá chance más delante de deshacernos de tu marido.

jueves, 1 de noviembre de 2012

Lejos de la ciudad.


La casa se le había hecho grande. Joaquín trató de permanecer en ella, pero la vida sin Claudia ya no era igual y la casa se había vuelto muy grande para un hombre de 31 años que pasaba la mayor parte tiempo fuera de ella. Ya habían pasado 6 meses desde la desaparición física de su esposa. Había que cambiar de aires.

Cada cuadro, cada manta y cada esquina le recordaban a su difunta esposa. Claudia había muerto una calurosa tarde en un accidente de tránsito cuando se dirigía a encontrarse con su esposo en un fastuoso restaurante de la capital.

—¿Segura que no quieres que te vaya a buscar?
—Descuida, tengo coche propio, sé conducir y tengo que hacer una parada antes de llegar al lugar. Te veo luego.

Aquel día cumplían cinco años de casados y esas fueron las últimas palabras que le escucho decir a su amada. Desde entonces se sentía culpable. Él debió insistir en ir a buscarla y sin embargo desistió rápidamente de la idea.

Joaquín estaba destrozado, Claudia era la luz de sus ojos e inclusive tenían planes de concebir a su primer hijo. Joaquín sentía que sin ella su vida carecía de sentido hasta que por fin accedió a la propuesta que le hicieron sus padres de pasar una temporada con ellos. Quería alejarse de cada rastro de que le recordara que el amor de su vida se había ido para ya más nunca volver.

Había puesto la casa en venta, sus padres lo esperaban en casa. Todo marchaba bien hasta que un día recogiendo las cosas para abandonar aquel lugar encontró una nota: “Te amaré por siempre”, decía y estaba escrita de puño y letra por su difunta esposa. No pudo evitar que una lágrima recorriera su mejilla y se dio cuenta de lo que estaba intentando hacer: estaba intentando deshacerse del mejor recuerdo de su vida. Rápidamente tomó el teléfono, llamó a sus padres y les avisó que no llegaría por ahora; los padres de Joaquín lo notaron extrañamente emocionado.

Aquel día decidió quitar el aviso de la venta de la casa. Quería conservarla porque, si bien le hacía  consciente de su nueva soledad, también era capaz de hacerle recordar aquellos instantes que eran los mejores momentos de su vida, que aunque aquellos momentos le causaran dolor al menos esos momentos eran reales.

lunes, 27 de agosto de 2012

Veintiuno.


Si algo se puede descifrar con las últimas entradas a este blog es que no he tenido tiempo para escribir. Los 20 han sido uno de mis mejores años, de los últimos fueron los que mas viví y sin embargo con esto no quiero decir que vivir es contrario a escribir, claro que no.
A mí me gustaría empezar a escribir esto con una historia tan interesante como la de John Chever pero ya Ray Loriga se me adelantó en “Los Libros Quemados” (Días Aún Más Extraños), sin embargo, lo que sí puedo hacer es rescatar la esencia del texto: escribir es mejor que vivir y sin embargo, escribir avergüenza.
La gente tiende a ser extremista, si lees eres aburrido, si escribes vives en la luna, si no lees no sabes nada, si no escribes no tienes imaginación, si eres aburrido nadie te quiere. Lo que la gente no sabe es que si escribes no te importa que la gente no te quiera. A veces es hasta una motivación para seguir escribiendo.
Hace tiempo leí algo que me parece que es demasiado cierto: solo puede escribir quien ha vivido, vivir en un sentir más amplio que solo nacer, tampoco la frase era tan básica como se pudiera pensar. Esa frase me llevó a pensar de nuevo en Intermitencia ese texto en forma de dialogo donde ponía en evidencia mi incapacidad para describir y esto traía consigo que se me dificultaba escribir. Hallé la respuesta: no había vivido.
Han pasado 3 años y las historias que escribía en ese entonces ya no las siento mías. Antes escribía mejor, antes escribía mas y pensaba menos en lo que escribía, antes no me costaba tanto hacer que todo sonara bonito, ahora me preocupa más esas cosas, antes podía transformar mis pequeños pensamientos en historias pequeñas que buscan poco más que expresar esos pequeños pensamientos. La opulencia me ha llegado, la grandilocuencia me persigue, antes y ahora me ha preocupado la idea de que me lean, solo que antes tenia plena convicción en que nadie lo iba a hacer. Vainas del ego, efectos de la disociación.
Si algo he mantenido es mi poca constancia, mientras mas ambicioso y atractivo es el proyecto menor es el tiempo que duro desarrollándolo. Los que leemos mucho somos particularmente dispersos y siempre acabamos pensando en que para que se va escribir más si ya se ha dicho todo y de una mejor forma de la que pudiera decirlo uno.
Los que escribimos mucho o poco, a destiempo, cansados, relajados, para alguien o para nadie también somos particularmente dispersos. Ya deja de leer.

martes, 15 de mayo de 2012

Meet The Coco


Me confunde. Ahora cada vez que veo a Carla me recibe con una sonrisa más grande, con una simpatía que no me merezco pero esto de encontrarla en cada lugar al que voy, no me desagrada tanto.

La relación comenzó mal siquiera antes de comenzar, el saber que iba a compartir el próximo trimestre en el instituto ha ninguno le hacía mucha gracia. Cuando Sofía nos presentó, lo hizo con la toda la buena intención de que congeniáramos. “Te va a encantar, aparte de ser una rubia preciosa le encanta leer y escribe unos cuentos que te mueres” dijo Sofía haciendo gala de todos sus dotes de Cupido. “Ok, vamos a ver que sale” dije disimulando mi interés por aquella rubia gordita que tenía intenciones de convertirse en una Shakespeare versión siglo XXI.

Por el mero hecho de gustarme la feminidad, Carla también acabó por gustarme. “Eres más gordita de lo que muestra tu pic profile” me dije cuando la vi acercándose. Nunca he tenido problema con la carne, sí con el exceso pero – a Dios gracias – el de Carla no era el caso.

- Hola, Carla si no es así no te veo.
- Ja, ja, ja.
- Él es Luis

Nos estrechamos las manos. La suya es suave, como las de un ángel que no lava los platos ni practica volleyball, seguro recién untadas de crema humectante. La mía, en cambio, es áspera, delgadas y con restos del sándwich que me acababa de comer. Como las de cualquier pordiosero.

Mucho gusto. Decimos al unísono, mi voz sale con la torpeza que acostumbra mientras trato de apartar la mirada de sus pechos.

“Los ojos, concéntrate en los ojos” me digo.

El resto de la conversación me ignoró. Para ella, yo solo era parte del ambiente, una mata más en el jardín tanto así que al irse se despidió solo de Sofía y a mí ni me miró.

- Ella es Carla. Ya tendrán más chance de hablar cuando estudien juntos.

No le creí.

martes, 27 de diciembre de 2011

Las malas noches de mis buenos días

Hay noches en las que, después de echar un ultimo vistazo por la ventana para ver a la primera estrella fugaz a la cual encomendarle mi ultimo sueño, me acuesto en mi cama y recuerdo lo pequeñito que soy, lo insignificante que parezco cuando existen personas allá fuera devorandose el mundo que un día me apetecía.
Hay noches en las que no soy mas que un saco de frustraciones, de frases impronunciadas y abrazos no dados. Hay noches en las que soy solo eso, una persona que no da un augurio de buenas noches no porque no quiera sino porque no tiene a nadie que realmente quiera recibirlas. Es allí en las noches frías y oscuras que recuerdo que soy solo un punto mas de arena en el desierto, es allí en las noches oscuras y frías que me doy cuenta que no se puede estar mas solo.
Hay noches en las que voy sin rumbo fijo. Hay noches que me quitan lo que aun no tengo. Hay noches en que la extraño y hay noches en que la quiero.
Sol sin luna es como agua sin espuma, como día sin anochecer..
Hay noches en la que quiero ya no despertar, hay noches en las que no quisiera recordar, hay noches en las que quisiera ya no soñar..