Los
últimos meses de Edixon se habían convertido en un completo desastre. El hecho
de que estaba extorsionado por Yanitza, la que fue su amante por 2 años, lo
traía muy mal. A raíz de eso, le estaba yendo muy mal en el trabajo, descuidaba
las cosas básicas de los niños, en los eventos sociales lucía con mala cara y lo
peor de todo, Josefina ya estaba comenzando a sospechar.
Yanitza
le solicitaba una cifra impagable para evitar que fuera a donde Josefina y le
contara sobre la relación que mantenían a sus espaldas. Esta situación lo
estaba llevando al borde de la cordura.
Nunca imaginó que aquella mujer con que la pasaba tan bien le iba a salir con
semejante desfachatez. ¿Acaso Josefina sería capaz de perdonarlo? ¿Qué pasaría
con los niños?
Alguna
vez le pasó por la mente llenarse de deudas para pagarle a Yanitza la cantidad
solicitada, sin embargo, optó por la decisión más razonable: contarle todo
desde su propia boca a su esposa apelando a la misericordia de ésta para
conseguir su perdón.
Había
llegado el día. Esperó a que los niños se fueran a la cama y sentó a su mujer
en el comedor. Tenía algo muy importante que contarle. Edixon le contó todo a
su esposa, no omitió ningún detalle de la relación que había mantenido con su
amante hasta ese instante. A lo largo del relato su esposa se mantuvo ecuánime,
no hizo ningún gesto de molestia solo por una mirada pensativa cuando acabó el
relato.
-¿Y
tú quieres continuar?
-
Claro, mi amor, te juro que lo de Yanitza fue solo un desliz que no se volverá
a repetir.
No
sin sacrificio Josefina decidió perdonarlo y seguir con la relación. Esto
significó un gran alivio para Edixon.
-
De inmediato voy
a infórmaselo a la bandida esa que intentó acabar con nuestro matrinomio.
Pero
para sorpresa de Edixon, Yanitza estaba más loca de lo que pensaba, ya que al verse acorralada y darse
cuenta que no iba a lograr sacarle dinero de esa forma comenzó a amenazarlo con
hacerle daño a su esposa e hijos. Edixon salió corriendo despavorido del lugar.
A
llegar a su casa, le contó esto a su
mujer. Josefina decidió que la mejor forma de librarse de aquella mujer era
simular la muerte ficticia de toda la familia.
-
Ponemos, la casa en venta. Justo el día después
de cerrar la negociación fingimos un accidente automovilístico con el cual nos
quedaremos sin auto, pero al menos
nuestros familiares podrán cobrar el seguro.
Edixon, no muy convencido de la efectividad
de la idea, aceptó dada su
circunstancia de marido perdonado.
Todo
salió de maravilla, incluso habían logrado que la noticia apareciese con sus
nombres completos en el diario local. Obviamente Yanitza tuvo que haberse
enterado.
Al
segundo día de su nueva vida en una nueva ciudad escuchó un sonido proveniente
del móvil de Josefina justo en el momento que ésta se estaba bañando. Reconoció
el número de inmediato y se quedó atónito con lo que alcanzaban a leer sus
ojos.
-Bueno,
quizá la cosa no salió como lo habíamos planeado, pero al menos pudimos hacer negocio con la venta de la casa y el
cobro del seguro. Ya habrá chance más delante de deshacernos de tu marido.
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